Y este post me gustaría que fuera un pequeño homenaje a la persona que me enseño a ver una cofradía procesionar por las calles, mi padre.
Desde chiquitito y agarrado a su bolsillo para no perderme entre los viandantes me paseaba por las calles de Sevilla viendo crucificados y pasos de palio, moviéndose de costal a costal, entre sones que llegan a sentirse en la piel y olores de azahar e incienso.
Y no podía ser de otra forma que expresarlo a través de imágenes.
Las imágenes que completan este post son de El, de su estancia en la ciudad de Sevilla,.... ya hace unos años. Son solo unas cuantas de su colección, ya postearemos más.
Gracias Papa.
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